martes, 18 de noviembre de 2008
Disfraces que duelen
Las prostitutas, inmigrantes y transexuales serán las más perjudicadas por el cierre de ventanas del Barrio Rojo previsto para 2010.
Las rendimos un humilde homenaje desde aquí con motivo del Día de la Transexualidad, el 15 de Noviembre. En Amsterdam se realizaron diversos actos de protesta en el seno de dicho distrito para reivindicar los derechos de este colectivo.
¿Cuántas veces se ha visto alguno de ustedes obligado a hacer algo que no les gustaba simplemente porque iba en relación a lo esperado o usual de su género? Puede que en principio no se lo hayan planteado nunca y es que los mecanismos del engranaje social son muy sutiles. Pero en el fondo, tanto ustedes como yo saben que lo esperado como modelo ideal pocas veces existe en la realidad, más bien parece ser un contrato social convertido en verdad biológica por antonomasia, como apuntaría la filósofa española Beatriz Preciado. Parece una misma broma de la naturaleza, una especie de revelación contra lo que supuestamente es el orden innato. Y si bien este tipo de desajustes se suelen producir más bien a temprana edad, ¿qué ocurre con aquellos a los que la broma natural les empieza a resultar pesada e inacabable? ¿Cómo puede afectar tu vida el hecho de que todo lo que haces suponga una negación de tu propio ser?
Me ha parecido adecuado relacionar un conflicto habitual de identidad de género (algo que la humilde redactora de este texto ha vivido también) con la confusión general que casi un 10% de la población debe asumir como natural y que deriva hacia un transexualismo personal, que no todo el mundo vive de igual manera, ni en el mismo grado. Parece que así dotamos de algo de humanidad a un problema que nos parece tan ajeno. Nos acercamos un tanto más a la vida de estos seres que siempre parecen distantes, alegres, orgullosos de ser lo que son, pero que sin embargo también sienten y padecen el ostracismo y la soledad que nadie quiere para sí.
Esta es una historia de cuento desbaratado; un cuento de cenicientas malditas que se mantienen en una cabina hasta altas horas de la noche, desobedeciendo así a su hada madrina, para conseguir mantenerse princesas durante el resto de la historia. También es un relato de suspense, sobretodo en lo que se refiere a la incierta situación que atraviesa el Barrio Rojo, con el cierre total de las cabinas programado para 2010, tal y como reflejan los planes del Ayuntamiento. Y sobretodo, es un ejemplo de esperanza, de quererse y aceptarse tal y como somos, y asumir una dualidad que a veces nos es arrebatada.
Centrándonos en Ámsterdam como escenario de nuestra historia agridulce, nos hayamos en el Barrio Rojo, en concreto en uno de los múltiples ‘coffie-shops’ donde la gente acude a relajarse y desconectar de su rutina. Todo el mundo inhala y se muestra contemplativo. Pero una chica rubia, elegante y fina, sorbe entre lágrimas su café. Y, ¿cómo es que ningún apuesto galán se acerca para ver que la sucede como esperaríamos de un cuento? La chica sigue con su congoja sin que nadie tenga un gesto amable, de afecto, de solidaridad mundanal. No sabemos qué la ocurre, ni quién es, pero una cosa es segura: nadie consolará su llanto. Ella también intenta apartarse de las miradas. Es una de las muchas transexuales latinas que ejerce la prostitución en el barrio rojo y no es común ver a estos seres llorar y derrumbarse, no es la típica imagen que se espera de ellas.
Mientras los científicos no encuentran una causa concreta para esta disconformidad entre la sexualidad física, social y psicológica, lo cierto es que todo apunta a un factor biológico del que se derivan toda una serie de problemas psicológicos que pueden llegar a ser altamente nocivos y autodestructivos para quien los sufre. Cuando ya fue de sobra probado que la homosexualidad no es una patología, es más que evidente que esta minoría debe ser atendida como cualquier otra, mientras la comunidad científica insista en conseguir un diagnóstico a tal estado de existencia. Quizá se ganaría algo más de tiempo si se revisaran las nociones tradicionales que de por género entendemos. Pero esta es otra cuestión en la que me gustaría ahondar más adelante. En este sentido, sin embargo, un reciente estudio de la Universidad de Ámsterdam ha revelado que el cerebro de las personas transexuales se asemeja mucho con el del sexo pretendido por las mismas. Sea como fuere, diversos estudios se abren camino lentamente llegando a plantear la posibilidad de distintas identificaciones de género a través de diferentes culturas. Entonces, si como acepta la teoría Queer americana, continuadora de las últimas tendencias feministas según algunas mentes, la identidad genérica no hace más que reafirmar el estado patriarcal de la sociedad, proponiendo como errónea toda relación sexual que no incluya el objetivo de la reproducción (en un tiempo en el que producir pasa a ser el sino de cualquier forma de vida), ¿no sería más adecuado ver la situación desde un punto de vista de locura colectiva?
En cuanto a una de las consecuencias más visibles del rechazo social recibido por esta colectividad, la prostitución, sobra decir que no hay una oferta sin una demanda previa, aludiendo a términos técnicamente capitalistas. Se plantea pues la posibilidad de que, al igual que cualquier contribuyente, participan del pago de impuestos, por lo tanto, muchos de estos problemas podrían ser resueltos con un simple reconocimiento a su labor social. Países como Brasil recientemente han aprobado una ley para la financiación de la operación de reasignación de sexo. En España, se práctica también en el Hospital Carlos Haya de Málaga. Y en Holanda, la situación es ambigua. Es el único país que cuenta con una cátedra de transexualidad, en la Universidad Libre de Amsterdam. Todos los ciudadanos holandeses que acuden allí optan a esta prestación social, previa preparación psicológica y hormonal por supuesto, pero con el matiz de que sólo pueden acceder ciudadanos holandeses. Es por ello que muchas de las trans latinas se operan en América del Sur, donde la operación puede costar la mitad de precio, pero con un elevado coste humano. Y aquí reparamos en otra de las discriminaciones que sufre el colectivo:
Por mujeres (incluso por las propias feministas como Sheila Jeffreys al pensar que sólo fomentan el papel de sumisión de la mujer); interesante también el punto de vista de que la operación y el cambio Mujer-Hombre está mucho más restringido, ya que muchos verían una amenaza política al estatus de bienestar gozado por el hombre. Convendría añadir que el contrario los casos de Hombre-Mujer es mayoritario en este colectivo. Por trabajadoras del sexo. Querría matizar en este sentido que hay numerosos sindicatos que ofrecen una valiosa ayuda a todas estas mujeres, "Hilo Rojo" en concreto, dota de información en castellano. Y en el caso que nos interesa, en el de las migrantes latinas, por su condición de ilegalidad. Esto se traduce en muchas desventajas con respecto a otras trabajadoras del sexo y, por supuesto, de cara al paulatino pero masivo cierre de ventanas. También se añade la dificultad de encontrar ayuda psicológica en su idioma de origen, y puesto que las tarifas que deben pagar a los dueños de las vitrinas en muchos casos son abusivas, no disponen de tiempo para asistir a clases. El interrogante sobre qué será de ellas en el futuro sigue abierto. Mientras Job Cohen afirma no perseguir al colectivo de prostitutas en general, queda patente la incertidumbre que genera el proyecto del Ayuntamiento de remodelar el punto tradicional de libertad sexual y no olvidemos gran generador de beneficios, en un gran centro comercial.
Gisela, nombre ficticio de una chica transexual procedente de Perú, sigue desde hace un año el tratamiento previo a la cirugía. Confiesa que aún necesita dominar esa personalidad femenina que crece en su interior. Ella y María de Nadie, artífice de su galardón de Miss Transexual Latina en su pequeño estudio de maquillaje casero, me han ayudado a ver a estas personas de una manera distinta, más cercana y comprensiva. Si no me gustaban las etiquetas anteriormente, con ellas he aprendido a suprimirlas. Gisela aún no está absolutamente convencida de querer someterse a una cirugía de reasignación de sexo, puesto que significa renunciar a muchas cosas y constituye un importantísimo cambio en la vida cotidiana de cualquier persona. Y María de Nadie me ha mostrado la cara más amarga y desconocida del que se dice primer oficio del mundo, vislumbrándome así la carencia sanitaria, afectiva, social y de reconocimiento que muchas de ellas han conseguido encontrar en la salida artística. Resalta su alto potencial creativo y artístico, su contribución a la sociedad (atendiendo a los casos más enfermizos de la sociedad) y su estigmatización global. Además me habló del caso de una chica trans encarcelada en Emiratos Árabes Unidos por la policía religiosa al descubrir que seguía un tratamiento hormonal y en situación de desprotección total.
Y concluyendo ya este artículo que tanto me ha aportado personalmente, tanto que no puedo dejar de escribir, quisiera recordar que el Parlamento Europeo reconoció los derechos de las personas transgénero en 1989, referidos a la facilidad para modificar el sexo legal y la cobertura sanitaria. Se pone de relieve la falta de una entidad europea común que de voz a sus imperiosas necesidades. Asimismo, el 17 de mayo se declaró Día Mundial contra la Homofobia/Transfobia. Esperemos que no tengamos que esperar a que un día la publicidad descubra este nicho con potencial de gran consumidor para que la sociedad repare en este colectivo no como meros personajes de ficción, sino como lo que son, seres humanos.
En internet
http://www.sexworkeurope.org
http://www.sentidog.com
Vrije Universiteit(VU)
Noticias.nl
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2 comentarios:
me ha gustado mucho el artículo, sobre todo porque tiñe de realidad y de vida a gente sobre la que parece que no nos preocupamos en profundidad. de hecho siempre han estado ahí así que no entiendo el escándalo q muchas veces para despertar en la gente, ya ves tú. cuando condenar estas cosas a la clandestinidad es q lo que las margina con todo lo q eso conlleva. pero bueno, a lo q voy, que me enrollo, como señalas al final del artículo, me parece que, como en tantas otras cosas, el gran problema son los vacíos legales y aquellos que los fomentan.
Muchas gracias por tu comentario. Realmente la gente se escandaliza por nada :-p que cada uno haga lo que quiera en su dormitorio mientras no moleste a nadie, jeje
Ahora a ver qué pasa de seguir con los planes de cierre del Barrio Rojo. Yo sólo espero que su constitución en colectivo y el trabajo de los grupos sociales no sea en vano...
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