miércoles, 15 de abril de 2009
Respuestas a la V Cumbre Presidencial de las Americas
Ante el encuentro previsto para este mes de abril en Trinidad y Tobago y hecha pública ya la guía de puntos a tratar, la reacción de los movimietos sociales americanos no se ha hecho esperar.
El contexto de este encuentro no puede ser más novedoso, si también tenemos en cuenta que la última reunión mantenida tuvo lugar hace cuatro años en Mar del Plata. Nos encontramos con la aparición del nuevo Presidente de EEUU, Barack Obama, que ha difundido su mensaje de cambio hasta la saciedad y del que se espera lidere una nueva clase de relaciones en el continente.
Sin embargo, con una acuciante crisis finaciera como telón de fondo y tras conocer los ejes prioritarios de las conversaciones, las organizaciones sociales han considerado oportuno aprovechar la llamada de atención para reclamar una autocrítica al sistema capitalista.
Los temas de la Cumbre de las Américas ya han sido presentados por el comité organizador y en ellos se evidencia un fortalecimiento de las ideas neoliberales como estrategia de salida a la crisis y una preocupación cada vez mayor por la seguridad y la militarización; los ejes de trabajo serán: seguridad energética, sostenibilidad ambiental, seguridad pública y gobernabilidad democrática.
Como precedente, el encuentro mantenido en Nueva York el 24 de septiembre de 2008 con representación de varios países latinos, donde se pudo observar la última maniobra llevada a cabo por la Administración Bush para fomentar la división entre los mandatarios americanos. Diferenciados pues los países comprometidos con la liberación de sus mercados como medida de reducción de la pobreza y los que se alejan claramente de las directrices estadounidenses, queda por ver aún el alcance de las conversaciones.
Por otro lado, en América Latina se han desarrollado iniciativas de integración que apuntan a una mayor autonomía regional, como evidenciaron las cumbres de presidentes en Salvador de Bahía a finales de 2008. Sin embargo, estos procesos y la toma de distancia con la política de Bush no están exentos de contradicciones.
El rol de los movimientos sociales en el reconocimiento de estas contradicciones y en la generación de propuestas alternativas de integración requiere de una respuesta inmediata, que será preparada de cara a la IV Cumbre de los Pueblos, paralela a la mantenida por los líderes políticos.
Esta reunión paralela pretende ser un espacio para renovar el rechazo al modelo económico neoliberal y para reclamar políticas de desarrollo basadas en la igualdad y en la justicia social, garantizando la soberanía alimentaria y energética, el cuidado del ambiente, los lazos de cooperación latinoamericana, la igualdad de géneros y la diversidad étnica y cultural.
En definitiva, para el movimiento popular esa reunión será una oportunidad importante para definir una posición pública ante los acelerados acontecimientos de los últimos meses. Si bien las polémicas declaraciones de Fidel Castro criticando la OEA avivan el anacrónico debate del bloqueo cubano, no será el único punto candente del encuentro. Los problemas de integración, la crisis económica, la definición ante las posiciones del nuevo gobierno de EEUU y la renovación de la agenda del movimiento social asuntos centrales. La busqueda de una profundización del debate y la formulación de alternativas al modelo neoliberal son necesarias en vistas a la protección de intereses esperada.
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